Imagine que ve su serie favorita en el televisor del salón. Como ya es tarde, prefiere terminar el programa en el ordenador de la habitación, así que pausa la retransmisión y continúa más tarde, como si tal cosa, tumbado cómodamente en la cama. No parece ninguna panacea tecnológica, desde luego, pero hasta hace poco era más bien un sueño
El futuro de una red de banda ancha que conecte todos los electrodomésticos del hogar entre sí a través de la línea eléctrica o del teléfono se despeja. El principal impulso vino desde la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) al aprobar recientemente una norma para solventar las incompatibilidades que se daban entre las diferentes tecnologías disponibles para acceder a Internet por enchufe y fomentar la aparición de productos y servicios bajo un estándar común.
El desarrollo de esta tecnología combina las posibilidades de comunicar entre sí diferentes aparatos de la casa -como ordenadores, televisiones o teléfonos, por ejemplo- con una conexión a Internet mucho más veloz que en la actualidad, ya que puede llegar a los 320 Mbps.