El cambio climático es una amenaza real para nuestro planeta. Por eso, diferentes organizaciones centran su esfuerzo en reducir la cantidad de dióxido de carbono que hay en la atmósfera de la Tierra. Según estima la revista Fast Company, a mediados de siglo es probable que el mundo necesite extraer 10 mil millones de toneladas métricas de CO2 al año para cumplir con los objetivos marcados en el acuerdo climático de París. Una cifra que podría duplicarse para finales de siglo.
Sin embargo, los estudios sugieren que, con el avance de la urbanización, no hay suficiente espacio en todo el planeta para plantar los árboles que se necesitan para compensar todas las emisiones de gases de efecto invernadero de las industrias y la agricultura a través de los procesos tradicionales de reforestación. De aquí nace la necesidad de hacer que cada árbol sea más eficiente en la eliminación de carbono de la atmósfera.
Para ello, la empresa Living Carbon ha creado ‘superárboles’ genéticamente modificados capaces de absorber más dióxido de carbono, lo que podría ayudar también a que las actividades de reforestación sean mucho más efectivas. En concreto, la empresa estadounidense ha modificado una enzima de crecimiento, provocando que puedan crecer más rápido que los árboles comunes y, a la vez, absorban y almacenen más CO2.
Asimismo, la empresa trabaja en la edición genética para ralentizar la velocidad de descomposición de los árboles permitiendo que estos puedan absorber cobre y níquel, que actúan como fungicidas naturales. Los hongos aceleran su descomposición, pero con dicha modificación el árbol demoraría en descomponerse y el carbono permanecería retenido en su interior durante más tiempo.
“Plantar árboles por sí solo es definitivamente útil”, afirma Patrick Mellor, cofundador y director de tecnología de Living Carbon. “Pero cualquier forma en que podamos mejorar la reducción total de dióxido de carbono de la fotosíntesis, y también mejorar la retención de ese carbono, son formas de aumentar considerablemente el potencial de reducción total de los árboles”, añade.
Por otra parte, Mellor también señala que el tipo de árbol con el que trabaja Living Carbon, un híbrido de dos especies de álamos, solo puede reproducirse a través de esquejes y no produce semillas que puedan extenderse a otros lugares, uno de los problemas que a veces plantean los activistas anti-OGM.
AS (29/06/2021)
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