Inventan un chip que pone fin al incómodo jetlag

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Unos investigadores de la Northwestern University han creado un dispositivo implantable que promete permitir al usuario controlar su ciclo del sueño con una mezcla de biología sintética y bioelectrónica. A pesar de que los viajes en avión no hayan sido tan comunes en el último año, este aparato solucionaría el problema del jetlag que provoca el cambiar de zona horaria al moverse a la otra parte del mundo.

Este invento se trata de un pequeño chip al que han denominado ‘NTRAIN’ (Normalizing Timing of Rhythms Across Internal Networks of Circadian Clocks) y se implantaría bajo la piel. Una vez dentro del cuerpo, NTRAIN segregaría unos químicos que lograrían que la persona se acostumbrase rápidamente a la nueva zona horaria.

“No hay necesidad de llevar medicamentos -ha explicado Jonathan Rivnay, el investigador principal del proyecto-, no hay necesidad de inyectarse terapias y, dependiendo de cuánto tiempo podamos hacer que el dispositivo dure, no hay necesidad de volver a llenar el dispositivo. Es como una farmacia implantable en un chip que nunca se agota”.

Según ha detallado Rivnay, el chip se introduce en los intervalos adecuados a los ritmos circadianos del cuerpo humano, es decir, inyecta los químicos necesarios para modificar el ritmo circadiano para adecuarlo a la nueva zona horaria.

Para ello, el aparato puede conectarse al móvil de quien se lo introduzca bajo su piel: “Le dirías a tu teléfono cuántas horas quieres adelantarte y sentiría en qué fase te encuentras. Entonces, calcularía una rutina para repartir las señales necesarias para que tuviera el mayor efecto posible en datar tu ritmo”.

Según los investigadores, este chip duraría muchos años y, por lo tanto, no sería necesario remplazarlo. De este modo, con una sola implantación, la persona podría olvidarse durante gran parte de su vida del jetlag.

Sin embargo, NTRAIN no solo serviría para los viajes a la otra parte del mundo, también podría ser muy útil para aquellas personas con insomnio.

Aunque se lleve trabajando en este chip durante 4 años, aún no se planea usarlo para fines comerciales. De momento, el dispositivo ha recibido una financiación de 33 millones de dólares por parte de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) de Estados Unidos.

Con este dinero, el ejército estadunidense prevé implantarlo a su personal militar, a socorristas y a trabajadores por turnos. No obstante, aún quedan muchas fases por superar antes de que pueda probarse en humanos.

20 MINUTOS (07/06/2021)

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