El 90% de los internautas de la Unión Europea, o nueve de cada diez, prefieren navegar en su propia lengua, según el último Eurobarómetro, y aunque un 55% de los mismos utiliza de forma ocasional páginas en otros idiomas que no son el propio, el efecto final es el de perder potencial de consumo.
Sólo el 18% de los internautas europeos adquieren productos en páginas que están en una lengua extranjera. El 42% de los europeos declara que nunca compraría en internet a menos que fuese en su lengua materna.