Iniciativa empresarial para producir chips y superar la escasez

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La situación es tal que el desabastecimiento ha obligado a empresas de múltiples sectores a encontrar fórmulas para capear la situación. Desde la producción propia hasta las asociaciones con firmas del sector, cualquier fórmula es válida para sortear una situación que ha obligado en muchos casos a recortar los volúmenes para garantizar la rentabilidad.

No obstante, los resultados de estas soluciones han tardado en verse, pues la industria de semiconductores se caracteriza por ser muy intensiva en capital y por tener unas producciones cerradas con bastante antelación. Además, la electrificación de la movilidad y la inteligencia artificial se antojan trascendentales para que este negocio siga prosperando durante los próximos años. Más aún si se tiene en cuenta el futuro desarrollo de los vehículos autónomos, los cuales también requerirán de este tipo de microprocesadores.

En el sector de la telefonía móvil, firmas como Google, Oppo y Xiaomi se han decantado por la fabricación de estos componentes dada la saturación del mercado. En el caso de Google, en octubre presentó el chip Tensor de 5 nanómetros, los cuales están integrados en el modelo Pixel 6. Oppo, por su parte, presentó su chip MariSilicon X, el cual estará integrado en la línea Find X que la compañía presentará a lo largo del primer trimestre.

Apple, Samsung y Huawei son tres compañías que también cuentan con sus propios procesadores, lo que les permite no depender de un mercado saturado.

Los servicios en la nube también necesitan de este tipo de componentes. Gigantes como Alibaba, Microsoft y Google tampoco quieren depender de terceros. En el caso de Alibaba, a finales de julio completó la producción del Yitian 710 con el que pretende impulsar el negocio de computación en la nube y plantar cara a Mircrosoft y Amazon. No obstante, cabe destacar que Alibaba se encarga del diseño, la producción pasa a terceros, de la misma manera que sucede con la china Huawei.

A pesar de todo, el sector de los semiconductores no se ha visto afectado por la pandemia. Al contrario, sus números no dejan de crecer en los dos últimos años y las previsiones apuntan a que 2022 tampoco será una excepción.

Las Estadísticas Comerciales Mundiales de Semiconductores (WSTS, por sus siglas en inglés) apuntan a que este año el mercado de este tipo de dispositivos se incrementará un 8,8% en comparación con el año anterior, hasta alcanzar los 531.000 millones de euros (601.000 millones de dólares). Además, este crecimiento se mantendrá en todas las regiones del mundo.

A falta de conocer los datos definitivos del año pasado, las previsiones eran que en 2021 el mercado de semiconductores cerraría con un incremento del 25,6% en tasa interanual, lo que correspondería a un tamaño de mercado de 488.585 millones de euros (553.000 millones de dólares). De hecho, este incremento previsto para 2021 es el más elevado desde 2010.

Ahora bien, está previsto que la escasez de semiconductores se mantenga durante buena parte de este año, por no decir durante todo el ejercicio. Ante esta situación, las compañías automovilísticas también han buscado distintas soluciones para paliar esta falta de chips.

Uno de los casos más llamativos ha sido el de Tesla. La compañía capitaneada por Elon Musk lanzó en 2019 su propio chip de inteligencia artificial de 14 nanómetros con el objetivo de alimentar su sistema de conducción autónoma. Hay que tener en cuenta que la industria de los semiconductores se caracteriza por ser muy intensiva en capital y que las producciones tardan años en llevarse a cabo. Tras varios retrasos en la producción del Model 3, Tesla logró en 2021 sus mejores resultados de producción y de ventas en su historia.

La cadencia de producción y el desembarco en China, el mercado automovilístico más grande del mundo en términos de producción y ventas, permitieron a la norteamericana lograr estos volúmenes. En el caso de la producción, esta incrementó un 82,5% en tasa interanual, mientras que las ventas aumentaron un 87,4%. No obstante, si estas cifras se comparan con las de los principales grupos automovilísticos, las cifras son irrisorias. Ahora bien, los fabricantes de vehículos se han visto obligados durante 2021 a forjar alianzas con los productores de semiconductores, con el objetivo de asegurarse estos dispositivos en el futuro. No será de la noche a la mañana, ya que los productores tendrán que adaptar su producción.

Así, en el caso de Renault, cerró una colaboración estratégica con STMicroelectronics en el diseño, desarrollo, fabricación y suministro de chips de potencia para vehículos eléctricos e híbridos para 2026. Además, el consorcio francés tiene una colaboración con Qualcomm para el mismo propósito. Stellantis, por su parte, acordó con Foxconn crear una asociación con la intención de diseñar una familia de semiconductores especialmente concebidos para el grupo.

EL ECONOMISTA (22/02/2022)

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