Ya se sabía que Google le cobraría a los fabricantes por tener preinstaladas su aplicaciones en sus teléfonos inteligentes, pero ha sido tras la última filtración desde la Pagina web de Verge, cuando ha sido detallado los precios que impondrá la compañía Google a los fabricantes, la cual asciende hasta los 35 euros según el reputado medio.
Y es que para cumplir con la multa récord que impuso la comisión europea a Google en Julio, además de tener que hacer frente a la multa, el gigante tecnológico estaba obligada a cambiar su relación con los fabricantes ya que si no se enfrentaría a una nueva sanción.
Y esta medida no podrá ser evitada por los fabricantes, ya que todos aquellos que utilicen el sistema operativo Android, necesitaran como mínimo la aplicación Play Store en sus dispositivos, y es por esto que si o si tendrán que pagar este sobrecoste.
El medio explica que la medida entrará en vigor en febrero de 2019 y que Google dividirá el continente en tres zonas, siendo la más cara donde se podrá alcanzar el precio de 40 dólares por móvil al fabricante. Esta zona con las tarifas más altas albergaría a Reino Unido, Suecia, Alemania, Noruega y Países Bajos.
Asimismo, la compañía estadounidense también diferenciará entre los tipos de Smartphone. De este modo, los que tengan una densidad mayor de pantalla (más de 500 píxeles por pulgada -ppp-) son los que optarían al gravamen de 40 dólares, mientras que si el panel es de 400 a 500 ppp pagarían 20 dólares, mientras que los dispositivos de menos de 400 ppp se verían obligados a pagar 10 dólares.
Este precio sería tomando como referencia la zona europea más cara, con lo que en la división geográfica más barata, los Smartphones con las peores pantallas tendrían un incremento de unos 2,5 dólares, explica The Verge.
El argumento para discriminar el pago de su suite de aplicaciones según la densidad de la pantalla del terminal responde a que habitualmente los terminales de gama alta son los que presentan más píxeles por pulgada porque su pantalla es mejor, así pues, los terminales de gama media y baja serían los menos perjudicados por la medida.
El economista (19/10/18)
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