Según revela el informe Freedom House con el subtítulo “El ascenso del autoritarismo digital´´, en el cual se evalúa la situación que hemos vivido durante el 2018, se apreció una clara tendencia creciente a la censura, la desinformación y la recolección de datos personales.
Esto sucede mientras en las democracias occidentales están sufriendo el ascenso de fuerzas y líderes autoritarios mientras el internet asiste a una continuada reducción de libertad, situación que va a la par de la perdida de otros derechos por múltiples motivos como el terrorismo entre otros.
Según el estudio Freedom on the Net, que realiza la organización sin fines de lucro Freedom House, por octavo año consecutivo la red global mostró una declinación de libertad. El análisis internacional, que se concentra en 65 países del mundo seleccionados para representar una diversidad geográfica y de formas de gobierno, identificó tres factores: aumento de la censura en respuesta a la desinformación, una recolección de datos personales más generalizada y —lo que se pone como tendencia para 2019— una implementación en distintos lugares del modelo chino de autoritarismo digital.
De los 65 países estudiados, 26 mostraron una declinación constante de la libertad desde junio de 2017. Entre los más graves se encuentran Egipto, Sri Lanka, Nigeria, Filipinas y uno de América Latina: Venezuela
La pérdida de libertad se dio no sólo en regímenes autoritarios o dictaduras, sino también en democracias. El informe, por ejemplo, destacó que un país libre como los Estados Unidos presentan problemas como el rechazo a la neutralidad en la red que expresó la Comisión Federal de Comunicaciones, la reautorización de la vigilancia secreta (Ley FISA) y la desinformación en línea, o noticias falsas.
Con el subtítulo de “El ascenso del autoritarismo digital”, el informe que evalúa 2018 y presenta las perspectivas para 2019 ubicó a China en el centro de esa tendencia. “El país no sólo se ubica una vez más como el peor abusador de la libertad en internet, sino que activamente exporta su modelo de distopía tecnológica a otros países“, advirtió Wired
Sobre una escala de 100 puntos, donde 0 indica libertad y 100 falta de libertad, China obtuvo 88: la cifra más alta del mundo. “Hace tiempo que China utiliza la tecnología como instrumento de control”, agregó el artículo”, dese su Gran Muralla Web hasta, más recientemente, su sistema de crédito social en desarrollo, y el uso generalizado del reconocimiento facial”.
El gobierno de Xi Jinping comenzó a implementar una nueva ley que fortalece sus poderes de vigilancia y censura a la vez que descarga el peso de las restricciones a la web en las empresas que deseen acceder al enorme mercado chino. Entre ellas, se destacan los requisitos de “detener inmediatamente la circulación” de contenidos prohibidos y almacenar todos los datos de los usuarios chinos dentro del país.
Más inquietante es que, según el informe de Freedom House, desde enero de 2017, 38 países han contratado esa clase de infraestructura, directamente a empresas chinas. De ellos, la mitad utiliza vigilancia de IA desarrollada por China
“En la medida en que China construye cada vez más de la infraestructura crítica de telecomunicaciones del mundo, los datos globales pueden volverse más accesibles para sus agencias de inteligencia, mediante métodos legales y extra-legales. En enero de 2018, el equipo de seguridad de la Unión Africana denunció que sus sistemas informáticos habían enviado información confidencial a Shanghai todos los días durante cinco años”, ilustró el trabajo.
“Asegurar la libertad en internet contra el ascenso del autoritarismo digital es fundamental para proteger la democracia como un todo. La tecnología debería dar poder a los ciudadanos para que elijan sus propias opciones sociales, económicas y políticas sin coerción o manipulación oculta“, concluyó el estudio. “Si las entidades antidemocráticas capturan de manera efectiva la red, a los ciudadanos se les quitará un foro para articular valores comunes, discutir cuestiones de políticas y acordar pacíficamente las disputas internas”.
La Flecha (09/01/19)
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