EEUU: fuertes sanciones a las tecnológicas rusas

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Si las tropas de Vladímir Putin siguen avanzando en Ucrania, EE.UU. aplicará sanciones a la industria tecnológica rusa que pueden dificultar el día a día de los ciudadanos de este país: a la hora de comprar o manejar un móvil o una videoconsola, al reservar un vuelo; en el trabajo, en el ocio… Este sería el efecto de un segundo o tercer tramo de las sanciones graduales de Joe Biden contra Rusia por la “invasión” de Ucrania.

Después de las medidas de estrangulamiento financiero a la banca pública, la deuda soberana y los oligarcas del entorno de Putin, el líder estadounidense prevé ahora extender el castigo contra la banca y, al tiempo o después, aplicar un “control de las exportaciones” orientado a dañar la producción rusa de aparatos de todo tipo. ¿Cómo? Cortando la venta de semiconductores, microchips y, ante todo, de herramientas y software estadounidenses sin los cuales otros países difícilmente pueden fabricar esos chips. Además de interrumpir sus propias ventas a Rusia, EE.UU. podría presionar a otros gobiernos para que hagan lo mismo.

“Este es el comienzo de una invasión… y de nuestra respuesta. Si Putin escala más, nosotros también”, dijo un alto funcionario de la Administración Biden. Estos controles pueden dañar industrias rusas estratégicas de inteligencia artificial, computación cuántica o industria aeronáutica y aeroespacial civil.

Pese al dominio global de EE.UU. en la fabricación de software y herramientas para producir microchips y semiconductores, Rusia buscaría alternativas en otros países, China incluido. Pero hay que recordar cómo la utilización pionera de este tipo de sanción contra la china Huawei, bajo mandato de Trump, dañó a esta compañía hasta hacerle perder un 30% de ingresos el año pasado.

Biden amplió ayer las medidas contra Rusia con sanciones a la constructora y los jefes corporativos del gasoducto Nord Stream 2, que une ese país con Alemania e iba a duplicar el suministro de gas del primero al segundo. “A través de sus acciones, el presidente Putin ha brindado al mundo un incentivo abrumador para alejarse del gas ruso y adoptar otras formas de energía”, dijo Biden.

En cuanto a la Unión Europea, la primera ronda de sanciones contra Rusia ya están en vigor. Su objetivo, “limitar” la capacidad de financiación del Gobierno ruso para llevar a cabo nuevas agresiones y castigar a las personas que “tuvieron un papel en las acciones de invasión y desestabilización” así como a los responsables de la “guerra de desinformación contra Ucrania”, explicó ayer el Consejo tras la publicación de las medidas en el Diario Oficial de la UE.

Cientos de políticos, militares y altos cargos rusos tienen desde ayer prohibido viajar y transitar en el territorio comunitario y verán congelados todos sus activos, incluidas las cuentas bancarias y los bienes inmobiliarios, en la UE. Entre los afectados destaca el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu; el jefe de gabinete de Putin, Anton Vaino; así como la cúpula militar rusa (el almirante de la armada, Nikolai Yevmenov; el comandante de las fuerzas terrestres, Oleg Salyukov y el responsable de las fuerzas aéreas, el teniente Sergey Dronov) además de los 351 miembros de la Duma que votaron a favor de pedir a Putin que reconociera la independencia de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk.

También está en la lista el empresario Yevgeni Prigozhin, uno de los contratistas predilectos de Putin, el fundador del grupo de mercenarios Wagner, presente en Mali y otros países africanos, así como con la llamada Internet Research Agency, una entidad con sede en San Petersburgo más conocida como la granja de trolls del Kremlin por su papel en la difusión de noticias falsas en las redes sociales, volcada en una intensa campaña de desinformación sobre Ucrania, según la UE, que conoció de su existencia por su papel en el referéndum del Brexit y las elecciones presidenciales del 2016 en EE.UU. Las sanciones afectan también a la redactora jefe del servicio en inglés de la televisión Russia Today, Margarita Simonyan.

Aunque el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, borró el tuit en el que ejemplificaba los lujos a los que el entorno de Putin tendrá que renunciar como consecuencia de las sanciones (compras y vacaciones en Europa, por ejemplo), el objetivo es precisamente ese, privarles de ciertos privilegios y minar la moral en el entorno presidencial.

Otra de las sancionadas es la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, una de las caras más conocidas del Gobierno ruso, por su papel en la difusión de desinformación sobre Ucrania.

LA VANGUARDIA (24/02/2022)

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