Criptomonedas: otro recurso de los delincuentes para blanquear dinero

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La digitalización afecta a toda la sociedad, incluido el crimen organizado. Traficantes de armas, drogas y personas han encontrado en las criptomonedas la divisa perfecta para blanquear millones y millones de dinero negro. Los ciberdelincuentes conocen desde hace años las virtudes de Internet a la hora de recoger el pago de un ataque por ransomware o de cualquier otra actividad criminal. Es su hábitat natural. Están acostumbrados a desenvolverse sin levantar excesivas sospechas, en especial cuando navegan por la dark web y deep web —redes superpuestas a la Internet pública que requieren un software específico y configuraciones o autorización para acceder—. Si hay un eslabón débil del sistema, oculto a ojos de casi cualquier mortal, por ahí van a colarse mafias y todo aquello que suene delictivo.

Palés repletos de fajos de billetes de 500 euros, compra de inmuebles u obras de arte son imágenes más típicas de malos del siglo pasado. Los cajeros automáticos de criptomonedas, especialmente bitcoin, no. El funcionamiento es realmente sencillo. Basta acudir a estos proveedores financieros, en España rondan la treintena, ingresar una cantidad determinada en una moneda física y la máquina entrega un código QR asociado a otro código alfanumérico de 32 cifras equivalente al importe de la criptomoneda. “Son una lavadora perfecta. Salvo que el propietario del cajero adopte algún tipo de autorregulación, solo ha de comprobar si quien mete los euros es residente”, explica Luis Rodríguez, experto en prevención de crimen financiero y CEO de ComplianZen.

El pitufeo es la técnica de blanqueo habitual en estos establecimientos. Consiste en cambiar a cripto cantidades relativamente pequeñas y repetidamente, durante meses. Bien pueden ser los propios criminales o personas contratadas por ellos con la promesa de recibir un porcentaje de la transacción. “Tal cual obtienes el código QR, el rastro del dinero se pierde”, asegura Rodríguez. Esto no significa que siempre se salgan con la suya. En mayo del año pasado, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detuvo en Madrid a ocho integrantes de una banda que había lavado nueve millones de euros provenientes del narcotráfico usando cajeros de criptomonedas.

Las casas de cambio y empresas especializadas en el rastreo de estos activos representan un dique de contención ante el crimen organizado. Chainalisys, Elliptic y Binance colaboran con las autoridades. Esta última, por ejemplo, permitió desarticular el mes pasado en Ucrania una red de ciberextorsión que había blanqueado más de 35 millones de euros provenientes del pago de rescates de ransomware. “El gran caso de uso de criptomonedas se debe a la especulación que las rodea, no al blanqueo de capitales como tal. El lavado tiene sentido porque existe una especulación tan grande como para que el dinero ilegal pueda refugiarse”, sostiene Alex Preukschat, coordinador de Blockchain España y de la Alianza Blockchain Iberoamérica.

Las casas de juego online también se han convertido en uno de los epicentros del dinero negro. Las mafias montan directamente la empresa o adquieren a un tercero la licencia de casino correspondiente —y siempre a nombre de un testaferro que dificulte inculparlos—. Una tapadera muy atractiva debido a la facilidad para mover las divisas, así como el auge de un sector escasamente regulado en ciertos países.

EL PAÍS (08/09/2020)

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