Los nanotubos de carbono son estructuras que se asemejan a un panal de hexágonos enrollados hasta formar un tubo cilíndrico homogéneo. Convertirlos en emisores de luz es harto complicado debido a su excelente capacidad para conducir electricidad y captar la energía de otras especies químicas luminiscentes situadas a su alrededor.
Ahora un equipo de científicos de distintos puntos de Europa ha dado con formas de aprovechar el área superficial relativamente amplia de los nanotubos de carbono para que muchas otras moléculas, incluidas las emisoras de luz, puedan unirse a ellos y adoptar la forma de sustancias químicas capaces de emitir luz roja.