Bruce Walker lleva años intentando descifrar la clave de los controladores de élite, los individuos que, infectados por el VIH, no necesitan tratamiento antirretroviral porque sus defensas no se hacen vulnerables a las infecciones oportunísticas que caracterizan al sida. Desde su laboratorio en el Ragon Institute, una entidad dependiente del Massa-chussets Institute of Technology (MIT) y la Universidad de Harvard (EEUU), Walker ha conseguido recopilar muestras de más de 2.000 controladores de élite, incluidos alrededor de 80 españoles.
Uno de los rasgos conocidos de estas personas, uno de cada 200 seropositivos, es que son portadores de un gen denominado HLAB57 pero, hasta ahora, no se conocía de qué modo confería este gen la protección. Un estudio publicado hoy en Nature desvela que HLAB57 hace que el organismo genere un mayor número de linfocitos T un tipo de glóbulos blancos clave en el sistema inmunológico más potentes que los habituales. Se trata de linfocitos T con reactividad cruzada, es decir, que reconocen distintas dianas en los virus o bacterias y por tanto pueden atacar a la vez a más de un objetivo molecular.