La apuesta europea por el espacio está cobrando especial relevancia en el mundo, gracias al enorme despliegue de satélites con fines civiles que se han ido lanzando fuera de la Tierra en los últimos años. En ese sentido, la información recopilada a través de estos satélites -gestionados en su mayoría por la ESA (European Space Agency, de la que España forma parte) puede utilizarse con fines diversos: desde ayudar en las misiones de búsqueda y rescate hasta realizar el seguimiento de las orillas del mar y de la vitalidad de las cosechas.
Los programas europeos de navegación por satélite y observación de la Tierra, Galileo y Copérnico, prometen nuevas posibilidades para las empresas y los consumidores, así como para el sector público. Con motivo de una sesión en el Parlamento Europeo en que se decidirá el uso futuro de estas tecnologías, hacemos un repaso por los tres sistemas más conocidos de la apuesta espacial europea.
Copérnico es el sistema europeo cuya misión no es otra que observar la Tierra. Está operativo y su presupuesto para el septenio 2014-2020 se eleva a 4.300 millones de euros. La información la recopilan los satélites Sentinel (centinela), que rodean todo nuestro planeta. La Agencia Espacial Europea gestiona este programa decido al seguimiento de la superficie terráquea, los mares y océanos, la atmósfera, el cambio climático, emergencias y la seguridad civil. Uno de los ejemplos del uso de este programa sería la vigilancia desde el espacio de gaseoductos y oleoductos para evitar amenazas o incidentes.
Galileo es el sistema global europeo de navegación y posicionamiento vía satélite, GNSS según sus siglas en inglés. Se prevé que empiece a estar operativo a finales de 2016, y totalmente operativo en 2020. Cuando esté completo, lo integrarán treinta satélites gestionados por la agencia europea del espacio (ESA). Pretende ser muy exacto (el margen de error se reduciría a un metro), y se trata de un servicio controlado por las autoridades civiles. Su presupuesto para el septenio 2014-2020 se eleva a 7.000 millones de euros. Galileo es interoperable con el estadounidense GPS y con el ruso Glonass.
Por último, Egnos es el antecedente del sistema Galileo, la primera apuesta de Europa por crear un sistema de navegación por complemento geoestacionario. La tecnología mejoraba la exactitud del GPS a dos metros en lugar de diez y, para ello, empleaba tres satélites geoestacionarios con cobertura global terrestre: dos satélites Inmarsat-3 (AOR-E e IOR), así como el satélite ESA Artemis. El sistema empezó a emitir de formal operacional (initial operation phase) en julio de 2005 mostrando unas prestaciones excelentes en términos de precisión y disponibilidad, según fuentes oficial. El inicio oficial de operaciones fue anunciado por la Comisión Europea para el 1 de octubre de 2009.
TicBeat (07/06/2016)
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