El modelo de juego gratuito (Free-to-Play) se popularizó enormemente en 2018, particularmente en los territorios asiáticos, y esto se debe a que es enormemente rentable crear un juego así que cobrar por el mismo.
Según indicó Nielsen SuperData, 2018 fue el año más importante en lo que respecta a juegos digitales y entretenimiento interactivo gracias a los FP2, los cuales acapararon el 80 por ciento de los ingresos de la industria, lo que se tradujo en 87.840 millones de dólares en ganancias.
Los territorios asiáticos alimentaron estos miles de millones de dólares y generó la mayor parte de las ganancias para el segmento. Por el contrario, áreas como América del Norte y Europa prefieren los juegos de pago Triple A como Red Dead Redemption 2, PlayerUnknown’s Battlegrounds y el Call of Duty: Black Ops 4.
En un punto intermedio tenemos a estudios como Electronic Arts, Activision-Blizzard o Ubisoft, plagando sus juegos de microtransacciones, DLC’s y Season Pass para, además de ganar dinero con la venta del juego, se generen ingresos adicionales con el paso del tiempo ante la realización de compras ‘in-game’ o con cajas de botín.
Obviamente, los juegos gratuitos funcionan de una manera bastante similar, salvo que los juegos son de acceso gratuito para facilitar la entrada en masa de los jugadores, como puede ser Fortnite, y una vez accedan el negocio está dentro del propio juego en forma de microtranssacciones comprando objetos, como es el caso del juego de Epic Games, o en los dispositivos móviles se le suma la posibilidad de ver publicidad, por lo que los estudios ganan mucho más dinero ofreciendo un juego gratuito con publicidad y compras in-game
TweakTown (18/01/19)
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