El presidente del Gobierno se ha decidido ya por una reforma laboral dura, en la que la reducción al mínimo posible de los modelos de contratación y la generalización del despido de 20 días por año trabajado serán los ejes sobre los que girará el cambio de las relaciones laborales en España.
Simplificación de los modelos de contratación que no supone el contrato único al tiempo que se incentivarán los contratos a tiempo parcial y el teletrabajo como fórmulas para impulsar el empleo.
No se contempla, la implantación de los llamados minijobs o el modelo alemán de trabajo con horarios más reducidos y con menor salario, porque la ministra de Empleo, Fátima Báñez, mantiene que son incompatibles con la legislación española.
Mientras que en las indemnizados por despido la idea es concretar hasta el máximo detalle las causas del despido procedente para evitar la arbitrariedad de las decisiones judiciales y facilitar al máximo el recurso de las empresas al despido objetivo por causas económicos con una indemnización de 20 días por año trabajado.