El origami es el arte tradicional japonés que transforma una sencilla hoja de papel en complejas figuras tridimensionales siguiendo una específica serie de dobleces, pliegues y arrugas. Los robots plegables o suaves basados en ese principio están a la vanguardia del diseño robótico. Varios centros de investigación e instituciones académicas han estado desarrollando varios tipos de robots origami de tecnología de punta.
Están siendo puestos a prueba en varias aplicaciones, desde la administración de medicamentos dentro del cuerpo humano, misiones de búsqueda y rescate en zonas de desastres hasta brazos robóticos humanoides.
La tecnología todavía tiene sus limitaciones puesto que los dobleces y pliegues de un robot suave implican que los materiales deben ser delgados, flexibles y, a la vez, conductores de electricidad. Sin embargo, un nuevo material podría estar resolviendo ese obstáculo.
El Laboratorio de Ciencia Informática e Inteligencia Artificial del Massachusetts Institute of Technology (CSAIL, por sus siglas en inglés), desarrolló en 2017 un pequeño robot que se dobla sobre sí mismo mediante una serie de imanes. Llamado “Primer”, puede asumir diferentes formas o revestirse con exoesqueletos, según la situación, transformándose de un cubo a un pequeño vehículo o una lancha.
El robot tiene su propio motor y puede desplazarse por tierra, agua o aire, recoger objetos, cargarlos o trasladarlos. Uno de los objetivos de CSAIL es lograr que “Primer” pueda realizar diferentes tipos de cirugía, como vendar heridas, retirar objetos o tomar muestras. “Imagínense pasarse el motor como si fuera una píldora y luego pasarse todos los exoesqueletos que proveerán al robot con diferentes herramientas”, explicó la profesora Daniela Rus, directora de CSAIL.
“Con eso tenemos un mini cirujano que puede realizar procedimientos en tu cuerpo sin necesidad de incisiones”. Uno de los problemas de esta tecnología es que, como los robots deben ser flexibles, frecuentemente son hechos de materiales suaves como papel, plástico y caucho.
Para que sean funcionales, se les tiene que adherir sensores y componentes eléctricos que le añaden volumen a estos dispositivos. Ahora, sin embargo, un equipo de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) ha encontrado una nueva fórmula para crear un material de base metálica que puede utilizarse en estos robots suaves.
Al combinar metales como el platino con la ceniza de papel quemado, han creado un material con características aumentadas que mantiene la flexibilidad y ligereza del papel y plástico tradicionales. El material, con el que han construido un pequeño marco central, pesa la mitad del papel y sus propiedades metálicas lo hacen funcional sin la necesidad de sumarle sensores adicionales.
Este nuevo invento abre la puerta a la construcción de prótesis más flexibles y ligeras, más eficientes en el consumo de energía y resistentes al calor, que pueden tanto recibir más efectivamente las señales como enviar de vuelta información inmediata al paciente para desarrollar un control motor fino.
BBC (02/12/2019)
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