El auge de la inteligencia artificial está tensionando la capacidad operativa de los centros de datos a nivel global. Según Goldman Sachs Research, el consumo energético de estas infraestructuras podría crecer un 160% antes de 2030, debido a las exigentes cargas asociadas al entrenamiento e inferencia de modelos de IA. Estos procesos, altamente intensivos e irregulares, provocan fluctuaciones de consumo de hasta un 60% en cuestión de minutos, lo que obliga a rediseñar tanto la arquitectura como los sistemas de refrigeración.
En este escenario, Schneider Electric defiende que los centros de datos modulares prefabricados son la respuesta más eficaz. Frente a los modelos tradicionales, estas infraestructuras permiten desplegar capacidad crítica en meses, escalar de manera progresiva y mejorar la eficiencia energética mediante refrigeración híbrida líquido-aire, capaz de absorber hasta el 80% de la carga térmica.
La compañía destaca su experiencia en soluciones industrializadas como Power Skid, un sistema que integra alimentación ininterrumpida, distribución eléctrica y software de gestión en una sola unidad, reduciendo tiempos de implementación y costes. Este enfoque forma parte del ecosistema EcoStruxure Data Center Solutions, diseñado para combinar sostenibilidad, escalabilidad y fiabilidad operativa.
Un ejemplo reciente es el de Compass Datacenters, que logró reducir en un 50% sus costes operativos, completar la implementación en menos de 10 meses y disminuir en un 30% el coste total de propiedad, gracias a la adopción de este modelo modular.
Para Schneider, la IA no solo está transformando los negocios, sino también la infraestructura digital que los sustenta. Y esa infraestructura debe ser modular, híbrida y eficiente, capaz de escalar al ritmo que marcan los algoritmos.
IT USER (26/09/2025)
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