Desde Febrero se habían escuchado rumores sobre la vuelta de Dell a la bolsa, por medio de una operación de fusión inversa con su filial VMware. La operación consistiría en una compra por parte de la filial a la matriz, convirtiendo a la filial en una sociedad cotizada.
Esta decisión revocaría la decisión del CEO de la compañía, cuando en enero del 2013 decidió retirar a la compañía de la bolsa por la mala situación financiera que sufría la compañía.
En julio, esta operación parecía volverse una realidad inminente, aunque en los mentideros de la industria se barajaban otras muchas opciones para que Dell volviera a cotizar. Pero con la confirmación durante el miércoles 12 de diciembre de la fusión inversa, se demuestra que el cambio de cromos con VMware siempre fue la prioridad de la multinacional, aquejada de la enorme deuda que le supuso la compra de EMC por 55.000 millones de euros (Dell debía a principios de año nada menos que 37.000 millones de euros).
La operación se materializará finalmente el próximo 28 de diciembre, cuando Dell recomprará los títulos de su filial a 120 dólares por acción, lo que supondrá una valoración total de 23.900 millones. Por establecer líneas comparativas, cuando Michael Dell decidió sacar la empresa de Bolsa pagó unos 24.400 millones de dólares, mientras que actualmente Dell controla un 82% de VMware, filial del grupo valorada en alrededor de 50.000 millones de dólares.
Sin embargo, esta particular fusión inversa no ha estado exenta de luchas en el seno de los accionistas de Dell, ya que dos de los grandes nombres que apoyaron a Michael Dell en 2013 (Carl Icahn y Elliott Management) se han opuesto públicamente a este proceso, ya que favorece notablemente las posiciones de control del fundador de la firma y del fondo de inversión Silver Lake. Pero el 61% de los accionistas que votaron a favor de este cambio de cromos acabó por decantar la balanza.
Tic Beat (12/12/18)
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