Científicos españoles crean embriones híbridos de humano y mono

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Un equipo internacional de científicos liderado por el bioquímico Juan Carlos Izpisúa ha creado por primera vez embriones quiméricos de macaco y ser humano, inyectando células madre humanas en embriones del primate. «Este trabajo puede ayudarnos a comprender mejor el desarrollo y la evolución humana temprana, así como proporcionar una plataforma para el modelado de enfermedades, el desarrollo de medicamentos y la generación de células, tejidos y órganos humanos trasplantables», ha explicado el investigador español a este periódico desde su laboratorio del Instituto Salk, en La Jolla (California).

Izpisúa y sus colaboradores explican en la revista ‘Cell’ que han conseguido que células madre humanas se integren en embriones de macaco en sus primeros estadios de desarrollo, cuando rondan el centenar de células. «Las células humanas sobrevivieron, proliferaron y generaron varios linajes de células posteriores a la implantación en los embriones de mono. También hemos descubierto eventos de señalización subyacentes al diálogo cruzado entre especies», indica el bioquímico español, que ya había logrado antes quimeras de rata y ratón.

Los investigadores, entre quienes hay científicos chinos y de la Universidad Católica de Murcia, inyectaron 25 células humanas en cada embrión de macaco durante su sexto día de desarrollo. Se trataba células madre pluripotentes capaces de generar la mayoría de los tejidos y obtenidas a partir de la reprogramación de células adultas. Después de un día, detectaron las células humanas en 32 embriones y, después de diez, 103 quimeras seguían desarrollándose. A partir de ese momento, la supervivencia cayó en barrena y, en el decimonoveno día –cuando terminó el experimento–, solo sobrevivían tres embriones.

«Es muy difícil mantener vivas las células quiméricas en laboratorio incluso durante unos pocos días», asegura Izpisúa, quien añade que su trabajo no busca crear individuos híbridos de humano y macaco. «Estamos tratando de comprender cómo se comunican las células humanas en las primeras etapas después de la fertilización de un óvulo, que no es algo que los científicos podamos estudiar fácilmente de otro modo. Estudiar cómo se comunican las células humanas en un blastocisto, una bola de aproximadamente cien células, es un método poderoso para comprender los genes y otros factores involucrados en el desarrollo celular».

Hace cuatro años, Izpisúa consiguió integrar células humanas en embriones de cerdo y, ahora, ha logrado también que las de macaco y humano se comuniquen. El científico dice que, en el caso del ser humano y el cerdo, es como intentar encontrar un terreno común entre los idiomas chino y francés, mientras que en el del humano y el macaco es como hacerlo entre el español y el francés. «Comprender qué vías están involucradas en la comunicación celular quimérica nos permitirá posiblemente mejorar esta comunicación y aumentar la eficiencia del quimerismo en una especie huésped que es evolutivamente más distante a los humanos», apunta en alusión al cerdo.

La OMS, recuerda el Instituto Salk en un comunicado, calcula que los 130.000 trasplantes de órganos que se practican cada año suponen apenas el 10% de los que serían necesarios debido, en gran parte, a la escasez de órganos. El bioquímico español confía en que el conocimiento adquirido con esta línea de investigación permita en un futuro «generar células y tejidos humanos en una especie evolutivamente más distante (de nosotros que el mono) como el cerdo, que, por diversas razones, incluidas las sociales, económicas y éticas, podría ser más apropiada en general para las terapias de medicina regenerativa». Es decir, usar cerdos para que en ellos crezcan órganos humanos para trasplantes.

HOY (15/04/2021)

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