Un experimento se eligió una muestra de 153 personas (84 mujeres y 69 hombres, con un 31% de universitarios). Los participantes elegidos estaban mejor educados que la media de la población suiza. Recibieron información general sobre la nanotecnología y sus aplicaciones directas a la comida. Concretamente, se les pusieron 4 ejemplos: Empaquetamiento de comida, Recubrimiento para los tomates, Nanocápsulas en el pan y Zumo con vitaminas.
Los resultados sugieren que los beneficios asociados a la nanotecnología en la alimentación no son suficientes para el consumidor como para que le induzcan a comprar estos productos