Las cifras de seguridad vial en las carreteras españolas invitan al optimismo. El año pasado marcó un nuevo hito al ser el que menos muertes registró en carretera desde que se hacen estas mediciones. La entrada en vigor de medidas como el carnet por puntos, el aumento de radares en carretera o la concienciación han sido algunos de los factores que explican estos datos. También podemos encontrar otras razones en el aumento de la seguridad debido a la introducción de nuevas tecnologías. Hablamos de mejoras tanto en los vehículos que circulan por las calzadas como en las infraestructuras que posibilitan esos viajes. Actuaciones sobre el asfalto, la conectividad entre coches o el uso de datos son y serán esenciales para disminuir todavía más los siniestros en las vías públicas.
En nuestro país, se han puesto en marcha diferentes iniciativas en este ámbito. Una de ellas se hizo pública recientemente, cuando Abertis e IBM sellaron un acuerdo por el que ambas compañías trabajarán durante los próximos tres años en potenciar la seguridad de autovías y autopistas con un ojo puesto en la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico. Con esta colaboración se potenció el programa Road Tech, con el que se pretende abordar el desafío de la movilidad del futuro. Lo hará con varios proyectos entre los que se encuentran las autopistas inteligentes, que allanarán el camino a los vehículos eléctricos, conectados y autónomos y también se apoyarán en el IBM Garage, una iniciativa pensada para fomentar la innovación.
Para Fernando Minaya, ingeniero civil y experto en infraestructuras de la Fundación para la Seguridad Vial (Fesvial), es “fundamental mejorar el mantenimiento” de autopistas y autovías en previsión de la llegada de vehículos que ya tienen ayudas a la conducción. La comunicación V2I (vehículo a infraestructura) y V2V (de vehículo a vehículo) será esencial para que la vía se convierta en un elemento clave de esa seguridad. “Si avisa al conductor y al coche de que existe hielo, nieve, una patologia en firme o que no se puede ir a cierta velocidad, redundará en la seguridad vial”.
Además de este proyecto, constructoras, investigadores y tecnológicas de todo el planeta trabajan para mejorar las condiciones de las infraestructuras y ofrecer un entorno más seguro para conductores y pasajeros. Un ejemplo son las carreteras que se ‘curan’ solas, un proyecto del investigador Erik Schlangen, de la Universidad de Delft en Holanda, que ha creado un asfalto con fibras de acero de manera que cuando se pasa un gran imán por encima, este se calienta y se une, cerrando así cualquier bache que pueda haber surgido recientemente.
La conducción nocturna es otro factor de riesgo a la hora de ponerse al volante. En 2018 se produjeron más de 22.000 siniestros en las carreteras españolas en condiciones de nula o baja luminosidad. Otro holandés, en este caso el artista Daan Roosegaarde, ideó el proyecto Glowing Lines, que consiste en un tramo de carretera de 500 metros en Oss, al sur del país, donde se pintaron tres grandes líneas que absorbían la luz durante el día y brillaban durante ocho horas cuando el sol se había puesto.
EL CONFIDENCIAL (20/11/2020)
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