Los robots no solo se han incorporado a fábricas, redacciones, redes de logística, cultivos, vehículos, hospitales, restaurantes o comercios, sino que son cada vez más las fuerzas armadas que los tienen en cuenta para formar parte de sus filas. Si las filas de infantería del ejército ruso ya cuentan con robots de tierra y en Estados Unidos ponen el foco en el desarrollo de drones e IA de tipo militar, también el ejército británico tiene planes para que en 2030 una cuarta parte de sus soldados no sean de carne y hueso, sino de chips y sensores.
El general Nick Carter, jefe de personal de defensa del ejército británico, sugiere que los nuevos drones y robots podrían constituir una fracción significativa de las fuerzas armadas, según informa el diario The Guardian. Parte del plan es compensar una caída en el número de reclutas humanos, compensándolos con soldados robóticos autónomos o controlados a distancia.
“Quiero decir, sospecho que podríamos tener un ejército de 120.000, de los cuales 30.000 podrían ser robots, quién sabe”, dijo Carter en declaraciones a Sky News el pasado domingo, aclarando más tarde que no se estaba comprometiendo con ningún número específico. El jefe del estado mayor de defensa sugirió que “una fuerza armada diseñada para la década de 2030” podría incluir una gran cantidad de máquinas autónomas o controladas de forma remota.
La inversión en la guerra de robots iba a estar en el centro de la revisión de defensa integrada de los próximos años, más centrada en el largo plazo. Mientras que el objetivo es contar con 82.050, solamente se ha llegado a 73.870, por lo que se sopesa como posibilidad suplir esta falta con robots.
Todas las fuerzas armadas de Gran Bretaña han participado en una serie de proyectos de investigación que involucran pequeños drones o vehículos terrestres o submarinos impulsados por control remoto. Por el momento, el Ministerio de Defensa asevera que su política únicamente permitirá a los humanos disparar armas, aunque existe una creciente preocupación por el peligro potencial de una guerra de robots sin restricciones, liderada por la campaña para detener a los robots asesinos.
La tecnología en desarrollo incluye el dron i9, que funciona con seis rotores y lleva dos escopetas. Operado de forma remota, está destinado a ser utilizado para asaltar edificios, generalmente una situación de guerra urbana. Carter también advirtió que existía el riesgo de que el Reino Unido se viese arrastrado a una futura guerra mortal si “la escalada conducía a un error de cálculo”, calificando el mundo actual de “lugar muy incierto y ansioso”.
TIC BEAT (10/11/2020)
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