La alfombra mágica de Aladino tiene una dura competidora en un laboratorio de nuevos materiales del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT): una superficie formada por montón de prismas blancos puestos de pie y agrupados para formar un mosaico. Su magia se parece a la de un prestidigitador (o un trilero): manipula los objetos que se posan sobre ella de una forma que ya quisieran para sí muchos robots antropomorfos. Las primeras versiones del dispositivo nacieron hace dos años, pero ahora sus creadores lo han dotado de nuevas funciones para dominar, desde su planitud, las tres dimensiones del espacio.
Cada uno de los prismas que componen la alfombra del MIT se comporta como uno de esos aficionados. Pueden desplazarse solo hacia arriba o hacia abajo (solo pueden levantarse y volverse asentar) siguiendo la indicación de un ordenador; les precisa cuándo elevarse, a qué altura y con qué velocidad. Con las instrucciones adecuadas a cada uno de los prismas, llegan a realizarcoreografías perfectas.
La alfombra del MIT —denominada técnicamente inFORM pin-based diplay, o superficie de alfileres— está resultando ser, además, una perfecta imitadora de los gestos humanos. Conectada a una cámara, remeda todos los movimientos que realiza ante ella una persona. Si se le muestra su mano, los prismas emergerán para componer entre todos una copia del mismo tamaño. Si la mano hace el ademán de elevar una esfera con la palma, eso mismo hará la copia, y a la misma velocidad.
No es más que una propuesta más de esta nueva visión de la tecnología, pero no es difícil avanzar algunos usos domésticos: dormir y trabajar en una habitación que se reconfigura constantemente. Cada vez que te acerques a una esquina,la habitación cambiaría de apariencia (los muebles se cambian de sitio, las pareces se modifican). Podríamos generar la impresión de que estamos en un espacio infinito, aunque estemos confinados en un pequeño cuarto.
El País (23/10/2015)
http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2015/10/19/actualidad/1445277674_090314.html