Aunque numerosos expertos vaticinan que al pago en metálico le quedan dos telediarios, en algunos países el efectivo sigue predominando sobre las modalidades eléctrónicas como el contactless, el pago móvil o la tarjeta. Entre ellos, España.
El pago móvil se extiende por el mundo a la velocidad de la luz: tanto es así que en lugares como China ya amenaza con dejar obsoleto al dinero metálico. La modalidad de pago digital a través de billetera móvil, bluetooth, códigos NFC y otras alternativas también despunta en India, Rusia o Estados Unidos.
Si miramos el flujo de las transacciones en metálico, en Suecia, Corea del Sur -con 8 de cada 10 transacciones realizadas de forma digital-, Reino Unido o Somalilandia, el efectivo está siendo abocado a una pronta desaparición. La razón no es otra que la generalización, inmediatez y comodidad proporcionada por el auge de los nuevos métodos de pago digitales.
Sin embargo, aunque muchos hayan anunciado de forma precipitada y prematura la crónica de una muerte anunciada del dinero en efectivo, el uso de billetes y monedas, cuyo origen se sitúa 600 años antes de Cristo, sigue siendo mayoritario en un gran número de países, entre los que se incluye el nuestro.
Tal y como revela el siguiente gráfico de Statista realizado con información del estudio World Cash Report, un 87% de los pagos se realizan en nuestro país se llevan a cabo en metálico, según datos de noviembre de 2017. En Grecia nos superan por escasa distancia: en la región mediterránea un 88% de pagos se hacen en efectivo. Otros países donde el metálico sigue teniendo gran preponderancia son Italia, Alemania o Francia: en casi todos más de las tres cuartas partes de pagos son en efectivo.
Mirando hacia los países donde el efectivo pierde importancia a pasos agigantados nos encontramos con Corea del Sur. El país asiático ha implantado su programa “Cashless Society”, impuslado por su Banco Central en 2017 y que tiene por objetivo prescindir totalmente de las monedas y billetes hasta el año 2020. Los últimos datos disponibles identifican el uso del efectivo en el 14% de los desembolsos en el mercado surcoreano.
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