Si la preparación de una oposición es normalmente una carrera de fondo, el confinamiento alarga ese esfuerzo. Academias y preparadores adaptan sus métodos para continuar con la formación y, a falta de clases presenciales, la tecnología se ha convertido en la mejor aliada.
La crisis sanitaria ha obligado a las administraciones a modificar la fecha de las convocatorias. Buena parte de los opositores tendrán que esperar un año más para enfrentarse a su tan ansiada prueba. Es el caso de educación. Este año estaba prevista una convocatoria de 27.000 plazas en toda España. La gran mayoría de comunidades han decidido posponer a 2021 sus convocatorias. Otras, sin embargo, siguen en pie. Es el caso de Catalunya, que espera poder celebrarlas en unos meses.
El confinamiento es un nuevo obstáculo al que enfrentarse. “Psicológicamente sí puede resultar más difícil, pero, en nuestro caso, la rutina no ha cambiado”, apunta la coordinadora de Oposiciones de Campus Training, Ángela Ferro.
Más allá de la crisis sanitaria, su centro apuesta por un estudio online, con test, exámenes y clases virtuales. Lo que sí ha aumentado es el tráfico en el campus, hasta un 200% más desde que se declaró el estado de alarma. Su método, T3 al Cubo: temario constantemente actualizado, una asesora pedagógica que hace un seguimiento personalizado y un itinerario preestablecido con test ilimitados.
Los opositores se ven obligados a adaptarse a nuevas rutinas. “La disciplina es muy importante. Creemos que la preparación se tiene que adaptar al alumno y no al revés. Por ejemplo, ahora muchos alumnos aprovechan para dedicar más horas a su estudio y lo pueden hacer sin problema, porque no tienen ningún tipo de límite de horas de clase o número de ejercicios. Es importante no parar nunca porque luego es mucho más difícil retomar”, apunta Ferro.
La actual situación obliga a muchos a repensar su futuro profesional y opositar es una opción. La tarea es compleja y la motivación es clave. “Lo más importante en la preparación de una oposición es el método y la constancia. Lo primero que hacemos es orientar y formar a los alumnos para que aprendan a estudiar, a memorizar y a asimilar conceptos. A partir de ahí, empieza la lucha contra las altas tasas de abandono”, señala la coordinadora.
LA VANGUARDIA (14/05/2020)
Más información aquí
