Cada vez es más frecuente que las nuevas tecnologías se introduzcan en las aulas. Ahora le toca el turno a los mundos virtuales en 3D, en cuya aplicación a la enseñanza está trabajando un equipo de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid. Entre sus ventajas, se halla la posibilidad de aprender habilidades o competencias que un libro de texto no puede transmitir. Un campo todavía virgen en el que se precisan componentes para convertir el entorno 3D en una plataforma educativa.
En concreto, las investigaciones se están centrando en el desarrollo de un producto docente que permita una experiencia educativa completa, de manera que se mejore el formato tradicional del libro de texto, que pasaría a complementarse con estos entornos tridimensionales que el propio alumno podría explorar. Una alternativa que ya es utilizada en algunos ámbitos formativos, como es el caso del entrenamiento de futuros pilotos en el que se emplean simuladores de vuelo en los que se replica un entorno real en el que aprenden a manejar los aviones.
